lunes, 19 de septiembre de 2011

Niños problemáticos… ¿defenderlos o defendernos? II parte.


Continúo transcribiendo algo de nuestro encuentro con Enrique Martínez Reguera:


Es muy fácil buscar culpables… es mucho más difícil: ¿yo como persona qué podría hacer? Algunos criterios que a mí me parecen importantes. Un criterio que hoy está muy olvidado… No es lo mismo lo que yo quiero dar que lo que el niño necesita de mí, y solemos confundirlo. Cuando a los niños les ofrecemos y damos… estamos dando lo que nosotros necesitamos dar.
Un ejemplo: yo he visitado una prisión de Madrid y me llamó la atención que quien daba alfabetización eran educadores, pero también iban futbolistas, y siempre organizaban partidos de fútbol, nunca alfabetizaban… hasta iban toreros y organizaban capeas… y de repente llegó un grupo al que yo les pregunté y vosotros ¿a qué venís? Y ellos dijeron: ah! no sé, ya veremos… ¿Cómo que ya veremos? Claro, ¿cómo vamos a venir a algo si no sabemos nada de este mundo?, venimos a lo que nos digan que hagamos… y de repente… oye le puedes decir a mi abogado tal y cual… oye puedes ir a mi casa a por unas playeras… oye… se formaban colas para hablar con este grupo… y de repente yo pensé… Claro! Ellos son puertas y ventanas, lo único que necesita un preso es salir y a través de ellos salían virtualmente… Necesitan libertad, necesitan saltar la tapia, salir…
Es importantísimo no darle a los niños lo que nosotros decidimos. Ahora nuestra sociedad les está dando DERECHOS… derechos, derechos… los niños tienen necesidades, ¡¡qué derechos!! Derecho al agua potable… y los niños mueren por falta de agua… Nadie bebe derechos. Bebe agua. Los niños tienen necesidades…

Otro criterio que me parece muy importante: las soluciones coherentes con la naturaleza del problema.
Hoy un niño molesta en el aula, que vaya al psicólogo. Ahora los problemas académicos es muy fácil derivarlos a problemas psicológicos. A los problemas psicológicos es muy fácil derivarlos a problemas jurídico – legales. A los problemas jurídico – legales es muy fácil… incluso hablar de pegadogía. Señoría, usted hábleme de leyes.
Los problemas y las soluciones tienen que ser congruentes. Casi siempre se dan soluciones institucionales o profesionales a soluciones personales. Yo me he dedicado a los niños que no sabían que hacer con ellos… La clave es darle las soluciones personales que necesitaban.
Por ejemplo: sólo una persona serena transmite serenidad. Esa cualidad se puede aprender de los adultos serenos… no de los profesionales.

Otro criterio que convendría tener en cuenta. La vida es relación (…)
Me deja estupefacto cuando oigo hablar de niños irrecuperables… pero si tú eres el 50% de la relación, mientras tú no seas irrecuperable para ese niño, la relación no es irrecuperable. Tuya es el 50% de la responsabilidad. ¡¡qué útil en pedagogía es esto!! Cambia y ya verás como la relación cambia.

Uno de los temas que siempre sale… los límites. Lo malo es que nuestra cultura tiene una noción de límites terrible. Limitar a un ave es cortarle las alas. Limitar es prohibir. Como siempre me he relacionado con chavalillos tipificados como delincuentes… toda la gente quería ponerles límites…
Me manda el juez a un chavalillo… 6 reformatorios… y el chaval estaba en mi casa. ¿Qué ha hecho usted? Algo elemental, algo sin ningún mérito. Hacer algo distinto a todo lo que habían hecho. Esto me lo enseñaron los niños. Había chavales dificilísimos y un día se echaban novia… y ay amigo! El chaval que no conseguías que llegase puntual a ningún sitio con su novia era un reloj… Anda! El cariño es un límite. Yo empecé a pensar que si yo hubiese sido alcohólico qué vergüenza, que disgusto para mi madre…
En la vida lo que más nos limita siempre es positivo. La alegría, el cariño… pueden limitar mucho de muchos “desenfrenos”. Lo que más limita en la vida es que creamos en el otro, lo que más limita en la vida es que valoremos al otro… y se suele hacer todo lo contrario.

Digo lo mismo del tema de la autoridad. Nos hicieron creer que autoridad era el que mandaba. Yo he comprobado que la autoridad se fundamenta sobre todo en el prestigio moral que tienes ante el otro. En la admiración que te tienen.


Y hoy no tenemos tiempo para más. Pero os invito a leer sus libros.