viernes, 31 de agosto de 2007

El sueño de Anxo Quintana

“¡Anxo, despierta!” La mujer de Anxo Quintana intenta despertarlo para que deje de reir a carcajadas entre sueños, la noche pasada… ¿Qué sueña el vicepresidente? …
Un niño de dos años, que apenas habla, entra en una galescola (guardería infantil de la Xunta de Galicia) con su mamá. Se llama Roi. En la clase le esperan Sabela, Xiana, Antía, Brais y Lúa. Todos ellos han recibido su nombre del libro que al parir les metieron a sus madres en la boca, el “Gran libro de los nombres gallegos”. Roi entra en la galescola tarareando una nana en gallego que aprendió en un CD que la Xunta regaló a mamá cuando estaba embarazada. Roi se pone el mandilón de la identidad nacional, que enseguida le ilumina el rostro con los colores de la bandera gallega. Llega justo a tiempo de la clase de “Himno”. El profesor dedica cada día una hora con los pequeños a aprender puño en alto el Himno gallego. Después, juego libre. Puede elegir entre la muñeca que habla y llora en gallego, el puzzle con los ríos de Galicia, recortes de mariquitas con el traje regional, o bien escuchar de nuevo el CD de canciones populares (incluido el himno cantado por una coral autóctona infantil).
El sueño de Anxo se nubla de repente…
¡Un profesor ha dicho una frase en español! El pobre infeliz es inmigrante, de Extremadura, y se le ha escapado una expresión en castellano al caerle sobre el dedo gordo del pie el hórreo de piedra que adorna la clase… Las fuerzas de vigilancia de la cultura entran en el aula y sacan al extremeño con camisa de fuerza y mordaza. ¿Será posible que en la entrevista de selección de personal no hayamos detectado este ramalazo centralista? No hay problema, enseguida será sometido a un cursillo de gallego intensivo aderezado con amor por la propia tierra y desprecio a las tierras vecinas, y listo para volver a las aulas.
Roi bosteza porque quiere dormir la siesta, y una profesora lo espabila con un “aturuxo”(grito intenso propio de la música popular). Prohibida la siesta en las galescolas, desde que una funcionaria de la Xunta hizo a todos caer en la cuenta,¡la siesta es una costumbre española!

La mujer de Anxo ha logrado despertarlo, ¡con lo bien que lo estaba pasando! Lástima que en el sueño de Anxo no sale el “Made in China” que tienen las etiquetas de los muebles, juguetes, banderas… Claro, los niños que los fabrican son esclavos, pero no son gallegos.
Lástima que también los mandilones identitarios sean de Zara, y estén fabricados por gallegas muy nacionales, muy explotadas, muy olvidadas por Anxo.
Lástima que las galescolas y todas las “escolas” no se planteen el problema de medio millón de pobres de Galicia.
Lástima que a Anxo no le parezca relevante que estos días han muerto más y más inmigrantes africanos en nuestras aguas intentando llegar a España, para alimentar a sus familias. Que acaban de amputar las piernas a un guineano que viajó atado durante horas.
Lástima para Anxo y sus amigos, que no se han enterado que en Galicia crece una corriente solidaria, internacionalista, que quiere que los gallegos seamos protagonistas de la política al servicio del bien común, y se opone a la violencia y a la imposición de todos los nacionalismos.