miércoles, 22 de agosto de 2007

ABORTOS Y PÍLDORAS EN GALICIA


En marzo de 2006 la Xunta decide dispensar gratis la píldora del día después (PDD), en teoría para “prevenir embarazos no deseados y reducir las interrupciones voluntarias del embarazo”.
O sea, que vamos a evitar el aborto, promoviendo el aborto. Porque nadie con conocimientos y buena fe niega hoy que la PDD es, en caso de que haya habido fecundación, abortiva. Este dato podría ser suficiente para estar en contra de dicho fármaco, pero es que además, ni siquiera funciona la estrategia tal como la planifican sus defensores.

El aborto nunca puede frenar el aborto.
De hecho, según el CSIC, una de cada cuatro mujeres que aborta, repite. La mentalidad abortista que esta píldora “de emergencia” promueve, nunca va a crear una cultura de responsabilidad y respeto ante la vida y ante la sexualidad.
Veamos qué ocurre desde que la PDD se reparte gratis en el Sergas. El protocolo que han creado se vende como algo “integral”. Las chicas que la solicitan reciben información de que la PDD es “de emergencia”, y un preservativo. Integralmente más de lo mismo.
Según sus defensores, la píldora del día después, un fármaco hormonal con fuertes efectos secundarios, debe ser absolutamente excepcional en nuestra juventud educada en el “sexo seguro” del condón. Pero no. 1.593 jóvenes gallegas lo solicitan cada mes, y muchas de las jóvenes que acuden, repiten. Esto coincide con los datos a nivel de toda España, donde la media de consumo está en tres píldoras por mujer cada dos años. El uso de la pastilla no cesa de crecer desde que el proyecto del Sergas se puso en práctica. Y además crece una creencia tan extendida entre los jóvenes como peligrosa: que la píldora postcoital es un método anticonceptivo tan adecuado como cualquier otro. Eso es lo que piensan el 12% de los jóvenes entrevistados para la Encuesta sobre Sexualidad y Anticoncepción, que en un 14% de los casos reconocen haberlo empleado alguna vez. Si miramos sólo Santiago, encontramos que en la actualidad la capital gallega distribuye en un mes las mismas píldoras que repartió en todo el 2003. La demanda, según los profesionales, no deja de aumentar mensualmente. Al final, el programa auspiciado por la Consellería de Sanidade distribuyó en la comunidad gallega 14.345 fármacos potencialmente abortivos.

Ha crecido la insolidaridad.
La realidad es tozuda: el aborto ha aumentado en Galicia un 25% en los últimos 3 años. Ha crecido el desprecio al débil, la cobardía de la sociedad que resuelve los problemas ocultando el crimen bajo la alfombra. Ha crecido el sufrimiento de tantas mujeres empujadas a actuar contra su naturaleza y contra sus hijos. Ha crecido la insolidaridad.