¿CANDO? XOVES 31 DE MAIO
¿ONDE? USC. FACULTADE DE FARMACIA (12:30H), FACULTADE DE MEDICINA (18:30h).
Benjamín González Miranda, médico de urgencias
del Hospital de Cabueñes desde 1987, no elude la responsabilidad propia
cuando se trata de denunciar “el abuso” que se hace de los medicamentos
en el sistema sanitario. El doctor, especialista en medicina de
Familia, acaba de publicar un libro sobre “La medicalización de la
vida”, editado por la editorial La Voz de los sin Voz, en el que critica
no sólo “el daño” que puede generar un médico, sino también las
relaciones con la industria farmacéutica.
¿Este libro nace de
su experiencia en el hospital? Sí, analiza cómo estamos cambiando la
forma de llegar a los pacientes, y refleja la preocupación por cómo se
produce la respuesta sanitaria por parte de los médicos. Hablo de la
iatrogenia, que es el daño que puede generar un médico sobre el sistema
sanitario.
Entonces, ¿también hace autocrítica? Por supuesto.
Creo que tenemos una dependencia excesiva del sistema sanitario, no sólo
curativa, sino preventiva. Hay gente que está tomando 16 pastillas al
día, con el consiguiente daño que pueden generar las interacciones
farmacológicas.
¿Duda de los fármacos? Valoro el beneficio que
ha generado la medicina en determinadas situaciones, pero no creo que
haya que hacer de problemas de la vida enfermedades, como por ejemplo el
colesterol o la diabetes. Estamos medicalizando la existencia, todo
ello con la connivencia de los políticos. Parece que todos tenemos que
estar enfermos, y si no lo estamos, es que no lo sabemos. Una cosa es
que el medicamento sea necesario, y otra que estemos sometidos. Además,
de los conflictos de interés que conllevan las relaciones con la
industria farmacéutica. Es el caso de la gripe A, con fuertes intereses
financieros detrás.
Sin embargo, gracias a la industria farmacéutica existe la investigación.
Se suele decir que la investigación se hace con el 150% de financiación
de la industria, pero lo que no se puede hacer es anteponer los
intereses de los accionistas a costa de la salud. Todos los fabricantes
tienen convenido destinar un alto porcentaje a márketing en el precio
final del producto, escudándose en los altos costes de la investigación.
El medicamento es un bien de primera necesidad, no de intercambio y
lucro.
¿No cree que sus teorías chocan con el aumento de la
esperanza de vida? Hay determinantes de la salud, como las condiciones
sociales e higiénicas, más importantes que los medicamentos. La medicina
y la tecnología tienen sus límites. Nuestros abuelos eran gente con más
sentido común que nosotros.
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