jueves, 13 de septiembre de 2007

Vuelta a la caverna


Anxo Quintana, máximo dirigente del BNG y vicepresidente de la Xunta de Galicia, ha afirmado, en el arranque del curso político, que en las galescolas (guarderías autonómicas en las que se educará en gallego a los niños de entre 0 y 3 años) debería enseñarse y cantarse el himno gallego.

Anxo Quintana, máximo dirigente del BNG y vicepresidente de la Xunta de Galicia, ha afirmado, en el arranque del curso político, que en las galescolas (guarderías autonómicas en las que se educará en gallego a los niños de entre 0 y 3 años) debería enseñarse y cantarse el himno gallego.

También es novedad que en las solicitudes para becas a investigadores universitarios se puede obtener un punto si te comprometes a realizar los trámites con la administración en lengua gallega.

El primer hecho recuerda a la experiencia de nuestros padres sobre su educación (el «Cara al Sol» al entrar en el colegio, la asignatura de «Formación del Espíritu Nacional», la España una, grande y libre...). Como internacionalistas reivindicamos una enseñanza en la verdad y la libertad, y no en el mito; una educación que mire al mundo, no a la tribu.

El segundo hecho sugiere una pregunta. ¿Se puede ser más fascista sin matar? No nos riamos del señor Quintana. No digamos que es un pobre ignorante, o que es un necio. No. El nacionalismo es un peligro (la Historia lo demuestra) y, además, es muy atractivo (llevar la gente hasta al asesinato). No nos debemos quedar impasibles ante estos hechos. Debemos denunciarlos y combatirlos, para que no suceda lo que afirmaba el dramaturgo e hispanista austriaco, Franz Grillparzer, «el camino de la nueva humanidad va hacia la bestialidad pasando por la nacionalidad».