El
Movimiento obrero, supuso en la historia de los pobres, la vivencia de
la solidaridad, en lo personal, en lo familiar y también en lo político de la vida colectiva
Esta
solidaridad, es origen de la historia humana y la atraviesa en cada
minuto; enraizada profundamente en una sociedad de innegables valores
cristianos, como fue la sociedad europea de finales del siglo XVIII, XIX
y el primer tercio del siglo XX, tiene en el movimiento de pobres
asociados, que conocemos como movimiento obrero, una de sus más altas
representaciones.
Pone de
manifiesto especialmente la actitud moral y el estilo militante de
aquellos hombres que desgastaron su vida defendiendo a la clase obrera,
de la que muchos eran originarios, así como descubrir la traición de los
que diciéndose representantes de los pobres, y dejándose llevar por
intereses bastardos, manipularon la organización obrera y rompieron el
internacionalismo.
En España,
históricamente, lo libertario ha estado arraigado en la vida del pueblo
sencillo, secularmente enraizada esta corriente en nuestra cultura, fue
perseguida sin piedad por Franco y también por el marxismo, y relegada
hasta el olvido total por la democracia actual.
Sin embargo,
las generaciones de hoy debemos mucho a la entrega al ideal de aquellos
hombres y mujeres, que supieron luchar por la dignidad del trabajo como
fruto maduro de la solidaridad y nos enseñan la capacidad creadora que
han impreso en la historia todas aquellas acciones protagonizadas por
los pobres.