El más pobre nos hace sentir,
nos hace alcanzar el
limite extremo de la esperanza.
Su vida canta siempre un mañana,
un mañana que no es ruptura.
Él puede todavía sorprender al mundo,
él puede inventar
y hacernos inventar formas de liberación
Si tenemos suficiente imaginación
para darle la certeza de que él cuenta,
para darle la certeza que él puede enseñarle al mundo:
enseñar a los hombres la concordia,
enseñar a los hombres que más que con pan,
cuentan con el honor y la dignidad
Padre Joseph Wresinski (nota manuscrita, sin fecha, archivo Centro Internacional Joseph Wresinski, Baillet, Francia)citado p90 (Cruce de los saberes, Tomo I, Ed. Popular 2013)
¿El mundo entero entendera algún día la vergüenza y la humillación ?
¿El mundo verá algún día los sufrimientos...
Su-fri-mien-tossssss
de los que rechazan que sus hijos tengan hambre,
que sean condenados a vivir en la miseria?
¿El mundo se abrirá algún día a la lucha infernal,
lu-cha-in-fer-nal
de todo hombre, toda mujer en la extrema miseria,
lucha infernal minada por las andanzas, la falta de dinero,
minada por el hambre y el frío,
minada por viviendas miserables?
¿El mundo podrá creer algún día,
creer en el amor de esos padres por sus hijos?
¿Podrá por fin reconocer ese amor
en los gestos de estas familias desgarradas,
que no cesan de querer exisitir?
Gestos de valentía de padres y madres por sus hijos,
con la esperanza que vive en el fondo de ellos mismos,
la esperanza que les da la fuerza de luchar
la fuerza de sobrevivir
Gestos de verguenza y de humillación,
porque ellos no soportan
no poder dar lo mejor de ellos mismos,
porque son demasiado justos y demasiado orgullosos
para soportar
hacerle vivir la miseria a los suyos.
¿El mundo oíra, vera un día?
Los niños aprenden el rechazo diario
de la fatalidad de la miseria.
Ellos aprenden las razones de las lagrimas,
las razones de los gritos...
Aprenden el amor de sus padres
que da la fuerza para continuar,
que dice que no hay que aflojar.
Lucha diaria por la superviviencia
Lucha diaria por la Vida:
niños que hay que alimentar, niños que hay que vestir,
niños que hay que hacer crecer.
Dejarse explotar, hacer horas de limpieza,
dejarse arrinconar para dejar a sus hijos mendigar,
dejarlos trabajar demasiado temprano.
Vivir de lo que los demás dan,
vivir d elo que ellos ya no usan.
Pagar a precio de lagrimas el hambre de sus hijos,
pagar a precio de su pena la vida de sus hijos.
Humillados pero conservando su orgullo,
fatigados pero llevando su fatiga,
ellos viven y su vida es un grito a la Humanidad.
En el corazón de la vida donde todo parece miseria,
donde todo está desfigurado,
todo es signo de un
mundo que se busca.
La vergüenza es el signo de un mundo olvidado,
la miseria es una herida
en un mundo que ya no sabe amar.
El mundo...
¿No se las arregla él para no encontrarse con la miseria?
¿Y aún cuando la encuentra, sabe hablarle?
la miseria hay que
desenterrarla,
hay que ir a buscarla allí donde está:
En los pobres, los enfermos, los presos
los torturados, los atropellados, los explotados
Son ellos quienes van a enseñarnos a amar.
Se ignora sin embargo a estos padres a través del mundo,
estas madres que pueden pasarse muchos días sin comer
y sin embargo: ellas alimentan a sus hijos hambrientos.
Se ignora a los que jamás han tenido sobre su cuerpo
otra ropa que ropa regalada.
¿Sabemos qué es lo que significa:
no haber escogido nunca la ropa que debe ponerse?
"Yo vendo hasta mis enseres para alimentar a mi familia,
e incluso, cuando eramos desgraciados,
yo rebuscaba en las basuras..."
Complacer al hijo, con lo poco que se tiene,
esconder la verguenza del marido que no puede trabajar.
¿Huir de la familia, de los hijos,
porque ya no se soporta más el no poder ser padre?
Humildes gestos de los pobres que ignoramos...
Retomar la valentía perdida la vispera,
Reconstruir a toda costa la familia
allí donde cualquier otro desde hace tiempo
hubiera bajado los brazos...
p87-89 (Cruce de los saberes, Tomo I, Ed. Popular 2013)
Extracto de la memoria de Historia: " De la verguenza al orgullo"Militantes de Cuarto Mundo