Este es el caso, por ejemplo, de uno de los cinco vehículos adquiridos mediante arrendamiento financiero por la empresa pública Sogama, adscrita a la Consellería de Medio Ambiente. En el pliego se exigía una potencia mínima de 240 caballos de vapor -los Citroën C-5 que utilizan algunos conselleiros tienen 140 caballos-, climatizador bizona y asientos de cuero. El precio del renting es de 1.200 euros al mes, más IVA.
Sogama también arrendó mediante el mismo procedimiento un todoterreno por valor de 1.100 euros al mes, mientras que Portos de Galicia fue el encargado de adquirir el coche puesto a disposición de la conselleira de Mar. A lo anterior, el PSdeG añade el vehículo de alta gama adquirido por la Axencia de Protección da Legalidade Urbanística mediante un procedimiento negociado sin publicidad o las 13 berlinas sacadas a concurso por la empresa pública de Obras e Servizos Hidráulicos.
El total del gasto en coches nuevos asciende a 6 millones de euros.
Toda esta situación contrasta a primera vista con las declaraciones del PP durante la pasada campaña electoral autonómica. Recordemos que uno de los efectos mediáticos de Núñez Feijoo fue el tema de los 17 Audis que el gobierno bipartito tenía para uso de sus altos cargos. Estos Audis están todavía esperando su venta en los garajes de la Xunta de Galicia, y al mismo tiempo el Gobierno de Feijoo se gasta una millonada de euros en coches de alta gama. Es la misma retórica política de los de siempre, de los que dicen servir al pueblo y lo que hacen es servirse de él.
A Feijoo se le olvidó muy rápido el despacho de su predecesor y los Audis.
Hay que pedirle responsabilidades políticas, que en política es lo que vale.